Es una capacidad que nos permite ser más flexibles, adaptarnos a nuevas realidades, afrontar cambios inesperados e incluso convertirlos en oportunidades para establecer enfoques nuevos, múltiples y originales.
Una mente creativa es una mente libre, sujeta a elegir siempre entre una serie de posibilidades. Su alimento es la pasión por aprender, ampliar nuestros intereses, satisfacer la curiosidad y experimentar.
Y depende de nuestra capacidad convertir todo esto en herramientas, de trabajo o para nuestra vida cotidiana, que nos permitan encontrar nuevos resultados, nuevas formas de responder a lo conocido y nuevos caminos para inventar lo imposible.
Es un proceso de complejidad gradual y creciente a partir del cual puedan obtenerse resultados tangibles. Nuestro entrenamiento parte de esta idea aplicada a la creatividad, desde una perspectiva orgánica, en su análisis, comprensión y génesis pero fundamentalmente desde la exploración de los recursos internos, la experiencia y las técnicas para conducirla, manipularla y despertarla para que salga a jugar.
Los ejercicios son dispositivos que cumplen la función de incomodar para salir de nuestra zona de confort y buscar salidas alternativas y originales. Trabajar en procesos de análisis, desorden y reorganización de los elementos y sus posibles reconexiones.